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Diamantes: combustible para el conflicto -

En 1998, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso un embargo a los Diamantes de las áreas controladas por la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA). Sin embargo, un informe del Consejo de marzo de 2000 afirmaba que seguían llegando a los mercados mundiales un número considerable de diamantes de la UNITA. El informe implicaba a De Beers Consolidated Mines, Ltd., la empresa anglo-sudafricana que controlaba alrededor del 60% del comercio mundial de diamantes en bruto. El informe también criticó al mercado de diamantes más grande del mundo, en Amberes, Bélgica, por no verificar el origen de los diamantes comercializados allí. En el conflicto de Angola, que se originó durante la Guerra Fría, el gobierno financió a sus fuerzas armadas con los ingresos del petróleo, mientras que UNITA recurrió a los diamantes.

Mapa que ilustra el comercio de diamantes por armas que tuvo lugar en África a finales del siglo XX.

Los diamantes también alimentaron los combates en la República Democrática del Congo. Ese conflicto continuó la lucha del siglo XIX por África, pero ahora las naciones africanas intentan controlar los vastos recursos naturales del Congo. Se otorgaron lucrativas concesiones de diamantes a empresas vinculadas a oficiales militares de Zimbabwe, incluidos colaboradores cercanos de Zimbabwe Pres. Robert Mugabe. Zimbabwe fue el mayor patrocinador de Congo Pres. Laurent Kabila, de quien también se pensaba que se había beneficiado personalmente de las ofertas de diamantes. Tanto Uganda como Ruanda, los principales partidarios de los rebeldes anti-Kabila del Congo, supuestamente se beneficiaron de las minas de diamantes bajo control rebelde.

Sin embargo, más que esos conflictos, la guerra en Sierra Leona dirigió la atención mundial hacia el papel destructivo de los diamantes. Tras el colapso de una frágil paz en mayo, el Frente Revolucionario Unido (FRU) renovó su batalla contra el gobierno de Pres. Ahmad Tejan Kabbah. Las investigaciones de la ONU y otras organizaciones revelaron una red que trajo armas, principalmente de Bulgaria y Ucrania, a Sierra Leona. A menudo, las transacciones implicaban el intercambio directo de diamantes por armas. Los investigadores también presentaron pruebas de que piedras de las áreas del RUF llegaron a centros de corte de diamantes en Bélgica e Israel. En julio, el Consejo de Seguridad de la ONU prohibió el comercio de todos los diamantes del RUF Sierra Leona. Surgieron acusaciones creíbles de que los diamantes y las armas del RUF pasaron por Liberia con la cooperación de Liberian Pres. Charles Taylor,estrecho colaborador del líder del RUF, Foday Sankoh. Tales transbordos hicieron que el embargo de la ONU fuera prácticamente imposible de hacer cumplir.

La industria del diamante temía que la repulsión pública contra los llamados diamantes de sangre llevara a un boicot generalizado de las gemas. De Beers prometió en julio que no compraría diamantes a los grupos rebeldes. A pesar de esos esfuerzos, persisten considerables dificultades. Una vez pulido un diamante, por ejemplo, no había forma de identificar definitivamente su origen. Además, la corrupción en muchos países productores de diamantes permitió a los contrabandistas lavar piedras embargadas a través de canales legítimos.

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